TOULOUSE, LA ROSA DE FRANCIA
- Classic & Retro

- 27 dic 2023
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Actualizado: 1 feb
Toulouse es una de las ciudades del sudoeste francés, a orillas del Río Garona. También es la capital del departamento de Alto Garona. Quienes la visiten tendrán otra ventaja más que importante a la hora de un viaje: el clima es una verdadera maravilla, con una temperatura templada, permitiendo que cualquier época del año sea ideal para visitarla.

Por Toulouse pasaron distintas poblaciones que fueron dejando huellas variadas. Una de estas poblaciones es, singularmente, la le dio vida. Su origen se remonta a la época de los romanos, que llegaron a este territorio en el siglo II a.C. y la llamaron Tolosa. Seis siglos después, los visigodos se asentaron allí convirtiéndola en la capital del Reino de Aquitania, conservando esta categoría hasta el siglo IX, aunque para ese entonces ya lo era, pero del condado homónimo.
Toulouse fue famosa porque en su seno se gestó una de las herejías de más renombre: los cátaros, una nueva forma del cristianismo que sufrió las consecuencias de ir en contra de la religión oficial. Estos enfrentamientos llevaron a guerras religiosas que, entre otras cosas, provocaron la caída del condado en manos del rey francés. De allí en más los destinos de estas tierras estuvieron siempre unidos al del país.
La vida actual de la ciudad está marcada por su principal industria: la aeroespacial y todo lo relacionado con la aeronáutica. En los últimos años también se desarrolló la industria química.
Su aspecto es el de una ciudad rosada, por sus muchas construcciones de ladrillo expuesto que combinan a la perfección aspectos antiguos y futuristas, haciendo de sus calles un crisol de estilos y caminos variados.
Su calidad de ciudad ribereña le da una gran cualidad: el tráfico incesante de embarcaciones a toda hora, sobre todo porque la ciudad cuenta con dos canales. Es también en las orillas de este río que se concentra la vida social de Toulouse, allí se vive su máxima expresión. La juventud convive en grupos durante el atardecer y van conociéndose. Hay mucha juventud porque es una urbe con una variedad realmente interesante de universidades.
El resto de las calles conforman una especie de laberinto que narra historias y regala a la vista de los viajeros leyendas fantásticas entre edificios religiosos. Nunca faltan tampoco los viejos hoteles en los que los hombres que forjaron la ciudad se reunían para discutir cuestiones de la vida política. Estos edificios son en su mayoría góticos; unas exquisitas reliquias. La ciudad tiene una larga historia, ya que los registros arqueológicos derivados de las investigaciones llevadas a cabo sobre el terreno demuestran presencia humana en la zona desde época prerromana, concretamente desde el siglo VIII a.C. Desde ese momento, la historia de la ciudad ha experimentado una intensa actividad, evolucionando a través de diferentes grupos y culturas y convirtiéndose progresivamente en ciudad romana, visigoda, merovingia, franco-carolingia… hasta evolucionar posteriormente a través del paso por la Edad Media, la Edad Moderna hasta llegar a la Edad Contemporánea.
Entre las calles de la Ciudad Rosa
Museos, templos, muelles y canales son sólo una muestra de lo que se puede conocer en Toulouse. Como toda ciudad europea, los sitios históricos son la principal atracción del lugar. Pero también hay lugares para divertirse y puentes románticos.
El casco histórico
Entre los principales monumentos y edificios que alberga el casco histórico de la ciudad de Toulouse se pueden destacar los edificios religiosos como la Basílica de San Sernín y el Convento de los Jacobinos, desde donde se combatía la herejía, representada por los cátaros que desafiaban al cristianismo. El edificio es una construcción del siglo XIII y es de lo más impactante que tiene la ciudad. En el altar mayor yacen los restos de Santo Tomás de Aquino, principal motivo de tantas peregrinaciones anuales.
Otro edificio a destacar es la Catedral de Saint Étienne. El estilo de esta catedral es difícil de definir: entre ecléctico, indefinido y complejo. El edificio actual fue construido principalmente en el siglo XIII. Este increíble templo medieval se empezó a construir en el siglo V y reúne los estilos gótico meridional compacto y el gótico nórdico vertical, luminoso.
Riquet, el célebre arquitecto del Canal du Midi, está enterrado aquí.
El Capitolio
El Capitolio es un edificio de estilo clásico, que nos recuerda a tiempos inmemoriales. Corona con su presencia la hermosa plaza principal de la ciudad. el distinguido centro histórico de la ciudad, comienza en la enorme plaza del Capitolio y su ópera Théâtre du Capitole. La enorme colección de arte de la Fundación Bemberg se expone en el Hotel d’Assézat, un palacete renacentista.

Los callejones medievales de la zona están llenos de bistrós donde se sirven platos típicos de Gascuña.
El Muelle de la Daurade
La Daurade es un antiguo puerto fluvial transformado en un apacible espacio verde: árboles en los que apoyarse a la sombra, césped donde tumbarse o hacer un pícnic, juegos para los niños, una terraza para tomar un café y las orillas para admirar el río Garona (es posible recorrerlo, a pie o en bici, durante 32 kilómetros).

El lugar está cargado de historia: el bar, por ejemplo, está instalado en una antigua morgue de ahogados, donde se exponían los cuerpos a la vista de los paseantes para ser identificados.
El Puente Neuf
Este puente, junto al Capitole, se ha convertido en un auténtico símbolo de la ciudad de Toulouse. Se trata de un puente muy antiguo y verdaderamente impactante. Sobre todo porque su forma es realmente diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en un puente: los pilares, cuyas bases tienen forma de picos y las aberturas entre los arcos, diseñadas para soportar las continuas crecidas del río que atraviesa la ciudad. Esta decisión se tomó por el grave incidente que sufrió el antiguo puente de Daurade. Por lo tanto, era algo que había que hacer para evitar que la historia se volviese a repetir. Algunos restos de este mencionado puente se pueden encontrar a tan solo unos metros del Pont Neuf.
El canal du Midi
Construido por Pierre-Paul Riquet en 1666, el Canal du Midi fue uno de los proyectos fluviales más importantes del siglo XVII. Sus 240 kilómetros unen las ciudades de Toulouse y Sète a través del río Garona, y reflejan la importancia que ha tenido el agua procedente de la Montagne Noire en las ciudades del Sur de Francia a lo largo de su historia.
La flora específica del Canal du Midi ofrece un paisaje cambiante digno de admirar con el paso de las estaciones. Destacan sus centenarios plataneros, los árboles frutales o los cipreses, que fusionan sus verdes reflejos en el agua con las flores multicolores de sus orillas. Un maravilloso espectáculo natural en cualquier época del año, especialmente colorido durante la primavera.
Fotos: Carlos E. Maldonado
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