TRANSILVANIA: EN RUTA POR LOS CÁRPATOS
- Classic & Retro

- 2 nov 2023
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 26 dic 2023
Transilvania (en rumano, Transilvania o Ardeal) es una región histórica del centro-noroeste de Rumania. Está rodeada por los montes Cárpatos. La capital tradicional de la región, Cluj Napoca, se encuentra en la meseta de Alba Iulia, mientras que Braşov y Sibiu, dos de sus principales ciudades, están al pie de los Cárpatos. Fue el lugar de asentamiento de los alemanes que serían conocidos como los sajones de Transilvania.

El Castillo de Vlad Tepes, Castillo de Drácula o Castillo de Bran
Seguramente sin la obra de Bram Stoker, la región rumana de Transilvania no sería tan afamada para bien o para mal. Por eso destacamos en primer lugar al Castillo de Vlad Tepes o de Drácula, en Bran.
Probablemente es el castillo más famoso del país y el motivo que lleva a mucha gente aficionada a la novela del Conde Drácula a Transilvania, pero el bello castillo de Bran tiene su fama muy alejada de la realidad histórica. Parece ser que el verdadero Conde Drácula, Vlad Tepes (el personaje real en el que se inspiró Bram Stoker para escribir su novela Conde Drácula en 1897), podría haber dormido una noche en este castillo pero ni esto está confirmado. Vlad Drăculea, nombre con el que nació, era un príncipe de Valaquia (al sur del país) en contra del expansionismo otomano que quedó conocido en la historia por su sadismo. Pero resulta que ni este personaje vivió en el castillo de Bran ni está confirmado que llegó a dormir aquí una sola noche. Más bien se trata de un aprovechamiento turístico.
El Castillo de Bran, fue construido en el siglo XIII por los caballeros teutónicos, y restaurado en épocas sucesivas. A partir del 1920, el castillo de Bran se convierte en residencia de los reyes de Rumania. Veranearon mucho tiempo la Reina María de Sajonia-Coburgo-Gotha, acompañada por su hija la princesa Ileana de Rumania. La Reina reformó el interior según el estilo de la época arts & crafts. En 1948, cuando la familia real rumana fue expulsada de las fuerzas de ocupación comunistas, el castillo fue ocupado. Lo cierto es que la Transilvania que nos ha llegado a través del cine y literatura es una pequeña porción de una realidad variada, rica y desconocida.
La Transilvania medieval
Transilvania tiene un relieve que va desde las colinas y lagos del norte, a los valles boscosos del sur. En la región de Transilvania se sitúan algunas de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa, como es el caso de Brasov, con su antigua arquitectura sajona, Sighisoara, con su ciudadela y su torre del reloj del siglo XIV, Cluj – Napoca, con su bello centro histórico, o Sibiu, con sus casas de colores con "ojos" y sus calles empedradas.
Otro lugar de interés es la Fortaleza de Rasnov, construida en 1300 por los caballeros teutónicos para proteger Transilvania de los tártaros y los turcos y el Palacio Cantacuzino en Busteni, de 1911 y gran valor histórico y documental.
Brasov es una de las más fascinantes localidades medievales de Transilvania, en ella se pueden admirar el Barrio Schei con la iglesia San Nicolás y la primera escuela rumana (siglo XV, las antiguas fortificaciones de la ciudad con los bastiones de los gremios de artesanos.
Sibiu, ciudad fundada por los colones sajones en el siglo XII, conocida también como “Hermannstadt” (la ciudad de Herman). En la actualidad, Sibiu respira un aire moderno. Los edificios han sido reformados, las calles pavimentadas, lo que ha llevado a su nombramiento, en el año 2007, y junto con la ciudad de Luxemburgo, como Capital Cultural Europea. En el año 2019 es nombrada “Capital Gastronómica Europea”. Sus tres plazas principales son la Piata Mare (plaza grande), la Plaza Pequeña y la Plaza Huet, que "tienen ojos" en los tejados de las casas.
Bucharest

No podemos olvidarnos de Bucharest, ciudad que aunque no está propiamente en la región de Transilvania, resulta imprescindible visitar. Tiene entre otros, numerosos lugares de ocio, restaurantes y cafeterías de diseño que no sospecharíamos que existen. Bucarest es la capital y el centro comercial del país. Su sitio icónico es el enorme edificio de gobierno Palacio del Parlamento de la época comunista, que tiene 1,100 habitaciones. Cerca se encuentra el histórico distrito Lipscani, con un animado ambiente de vida nocturna y el Palacio Curtea Veche del siglo XV, donde alguna vez gobernó el Príncipe Vlad III “el Empalador”.
La carretera Transfăgărășan, el camino hacia las nubes
Si se puede, hay que ir a Bucarest por la carretera Transfăgărășan desde Cartisoara (en el condado de Sibiu). Por el camino encontraremos las ruinas del verdadero castillo de Drácula (el castillo Poienari), la presa de Vidraru, el Lago Balea, la Cascada Capra y el Monasterio de Argeș.
La Transfăgărășan es conocida como la carretera más bonita del mundo o el camino hacia las nubes y cubre un impresionante recorrido de unos 100 kilómetros conectando el pueblo de Cartisoara, en el condado de Sibiu, con la localidad de Curtea de Argeș a través de la carretera DN7C. A lo largo de sus decenas de curvas podemos disfrutar de un paisaje sencillamente impresionante, rodeado de profundos bosques y altas cumbres.
La primera parada en la Transfăgărășan., tras comenzar la ascensión en Cartisoara, es la conocida como Cascada Balea, un precioso salto de agua al que podemos acercarnos tras una caminata de una hora y desde donde también parte el teleférico que llega hasta el Lago Balea. A partir de este momento es cuando el trazado se vuelve más zigzagueante y las curvas más cerradas mientras nos acercamos al punto más alto, con sus 2.034 metros, donde se encuentra el magnífico Lago Balea, de origen glaciar y posiblemente la atracción más concurrida. Para visitarlo, podemos dejar el coche en el parking de pago y acercarnos hasta su orilla para recorrerlo, parar en alguno de los puestos de comida y productos artesanos que se han instalado junto a la carretera o tomar algo en el restaurante con vistas al propio lago. Pese a ser muy turístico, su enorme belleza hace que siga siendo una parada imprescindible.
El descenso de la Transfăgărășan comienza tras atravesar un túnel de un kilometro de longitud y que nos acerca hasta el Lago Vidraru, una enorme presa rodeada de bosques, y con unas preciosas vistas.
El último punto de interés de la Transfăgărășan. es el Castillo de Poenari o Poeinari y cuenta con el honor de ser el verdadero Castillo de Drácula y no el famoso Castillo de Bran, mucho más popular. Desde aquí, Vlad Tepes, príncipe de Valaquia ideó el ataque contra el ejército turco y mandó empalar a sus enemigos. Pero de ello hace ya mucho tiempo...
Fotos: Carlos E. Maldonado
Inspiraciones: https://viajerocasual.com/que-ver-en-transilvania/




































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